La pandemia producida por el Covid-19 refuerza la necesidad de que España y Europa se ponga las pilas y empiece a defender la ganadería y la agricultura sostenibles y recuperar la producción óptima, sin depender de terceros países para salir de la escasez.

Estamos viviendo una nueva crisis mundial generada por la pandemia del coronavirus y la guerra de Ucrania donde se plantean escenarios realmente preocupantes. Esto nos pone frente a una situación que casi todos pensábamos imposible, similar a cuando se produce una guerra como la que estamos viviendo en Ucrania.

Estamos hablando de escasez de productos básicos, como muchos habremos visto ya en los supermercados, con estanterías vacías de lácteos, aceites, y a nivel mudial escasez de cereales básicos para alimentar al ganado y para nuestra dieta... la comida se está agotando. Quizás esta situación nos haga replantear algunas cuestiones y sea el momento de actuar decididamente.

El sector que ahora mismo más a punto de mira tenemos por su gran importancia es el de la alimentación. Y es en estos momentos cuando los españoles se dan cuenta del valor que tienen los campos y la ganadería españoles. Menos mal que seguimos teniendo este sector primario fuerte, aunque muy menospreciado y mal apoyado gubernamentalmente. ¿Si las autoridades nos siguen presionando con sus impuestos o como hemos vivido, confinando durante una pandemia, de donde nos vamos a alimentar?

Ahora que se está negociando el presupuesto de la Unión Europea, sería conveniente recordar que la política agraria común es esencial. Y que a más autosuficientes seamos, mucho mejor.

Seguramente es el momento de producir mejor calidad y mayor cantidad en nuestro propio territorio, aunque resulte más caro. Aquí es dónde juegan un papel primordial el uso de zeolitas y leonardita como soluciones naturales que optimizan los recursos y multiplican la producción.